Cuando somos principiantes pensamos que el primer tapete que encontramos en el súper está bien, pero la realidad es que debemos tomarnos el tiempo para escoger nuestro tapete ya que es esencial para la práctica de yoga, un buen tapete provee de soporte, estabilidad, así como mayor facilidad y comodidad para realizar posturas.

 

Años atrás solo existían tapetes de PVC de color morado o azul y eso era todo, hoy en día existe una gran variedad de tapetes con diferentes diseños y colores que se adaptan a las diferentes necesidades y gustos. Más que el color y el diseño debemos buscar un tapete que nos ayude a mantenernos estables y cómodos durante las posturas. Aquí algunos de los puntos a revisar antes de adquirir tu tapete.

 

1.    Espesor: Esto tiene mucho que ver con la comodidad, ya que uno demasiado delgado puede llegar a ser incómodo y hasta causar lesiones en tus rodillas. Un estándar promedio del espesor de un tapete es ⅛ de pulgada mientras que los más gruesos van hasta ¼ de pulgada. Los más delgados son de ⅙ de pulgada los cuales solo son recomendables en caso de que no tengas suficiente espacio o que vayas a viajar.

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2.    Material: Debemos revisar la textura  

¿Qué tan acolchonado debe ser? Es importante que este brinde un buen soporte para no lastimarnos.

Busca un tapete que no se pegue o adhiera a tu piel con facilidad. Con un buen tapete no importa qué tan sudorosa o intensa sea la práctica, este siempre deberá proporcionar buena tracción. Los más recomendables desde mi punto de vista están hechos de material de caucho.

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3.    Hoy en día existen opciones amigables con el planeta, pueden ser de caucho natural y reciclado, yute, algodón orgánico o algodón natural (lo que significa que no están fabricados con materiales sintéticos).

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4.    Estilo y precio: Una vez que revises las opciones de espesor, material, textura y el precio, sólo queda un aspecto a revisar, ¡el estilo!  Así que adelante elige el color y diseño favorito que refleje tu personalidad.

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¡Feliz compra!